martes, 11 de noviembre de 2008

Preservativos

Los métodos de barrera son los que impiden el acceso del esperma al útero.
En esta nueva entrada trataremos fundamentalmente uno de los métodos de barrera más importantes y sin duda el más conocido: el preservativo

Hay dos clases, el masculino y el femenino, aunque el más conocido sin duda es el masculino.
Ambos sirven básicamente para proteger tanto del embarazo no deseado como de las enfermedades de transmisión sexual.
Del preservativo masculino es sabido todo,son recubrimientos delgados de caucho, vinilo o productos naturales que se colocan sobre el pene erecto. Existen de distintos colores, sabores, y texturas según los gustos de cada cuál.
Del preservativo femenino menos se sabe, es una bolsa que forra la vagina y cubre los genitales externos, evitando que los testículos estén expuestos a contagio o a contagiar virus del papiloma humano VHP. La abertura del preservativo tiene un anillo con un radio de 65 mm. En el interior se encuentra otro anillo que sirve tanto para ayuda a insertarlo como a mantenerlo en su sitio.

Las ventajas del preservativo son sin duda que te protegen para enfermedades de transmisión sexual y su fácil acceso, ya que lo puedes comprar en cualquier farmacia o comercio que disponga de ellos.
El inconveniente más frecuente es la atenuación de la sensación sexual en el hombre.

Otro de los aspectos a tratar fundamentales del preservativo, sobre todo del masculino, es su uso adecuado.
Mucha gente los utiliza sin saber como se pone,teniendo así futuros problemas como la rotura de éste y un posible embarazo.
El preservativo debe ser puesto sobre el pene erecto inmediatamente después de alcanzar la erección, y antes de cualquier contacto con la vagina o el ano de la pareja.
Si la vagina de la pareja no produce una buena cantidad de lubricación natural, se debe usar lubricante para reducir la abrasión del preservativo, pero siempre teniendo cuidado con el lubricante a utilizar ya que ciertas baselinas pueden hacer que se deteriore el preservativo, por ejemplo con los condones de látex hay que usar un lubricante con base de agua y glicerina o de silicona médica.

No deben guardarse directamente en el bolsillo del pantalón, ya que la fricción y el calor corporal durante periodos prolongados tiende a debilitar el látex. Lo mismo sucede si los preservativos se guardan en la guantera del coche.

El pene se debe retirar inmediatamente después de la eyaculación, cuando todavía está erecto, ya que no hacerlo implica un riesgo innecesario.
Al retirar el pene se debe tomar con los dedos la base del preservativo para evitar que se resbale y quede dentro, con riesgo de contagio embarazo.

Para un buen uso se abre el envase por el costado, utilizando los dedos, no los dientes, tijeras o cualquier elemento cortante.
Se toma el preservativo por la punta y se sujeta con los dedos pulgar e índice, evitando que quede aire en el interior del depósito.
Se coloca el preservativo en la cabeza del pene (glande) y, sin dejar de tomarlo por la punta, se desenrolla a lo largo del pene.

En el caso del preservativo femenino hay que elegir una posición en la que te sientas cómoda para su colocación: de cuclillas, levantando una pierna, sentada, recostada,… Tendríamos que seguir una serie de pasos:
Frotar los lados del condón para distribuir el lubricante.
Sostener el aro del extremo cerrado y apretarlo de forma que quede alargado.
Con la otra mano, separar los labios externos de la vagina.
Empujar el aro interno dentro de la vagina lo máximo que se pueda.
Introducir un dedo en el condón para empujarlo a su posición.
Deben quedar de dos a tres centímetros del aro externo y el condón fuera de la vagina.
Una vez concluida la relación sexual, no es necesario retirar el condón inmediatamente.
Al incorporarse sí es necesario retirar el condón.
Si se vuelve a tener otra relación sexual, es necesario utilizar otro preservativo.

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